Pretende mostrar algunos estereotipos y manipulaciones generadas desde este sistema, donde las catalogaciones para definir el arte imponen a menudo una visión hegemónica. Su obra se fundamenta, por tanto, en una mirada a la política del arte, a las incongruencias entre sus discursos y sus métodos, a la idea del lenguaje como herramienta de poder y como procedimiento de conceptualización e interacción social. Se trata de una obra experimental, aguda e irreverente, insubordinada y libre; un despliegue de alegorías, de poesía, de meditación sobre lo humano, lo social, lo político y el concepto del arte. Luis Gómez ha participado en diversas residencias para artistas otorgadas por prestigiosas instituciones.